Inmigrantes lombardos de Italia reprodujeron en nuestro país la antigua tradición de elaboración de este peculiar queso. Se sabe que fue uno de los primeros quesos conocidos por los romanos. Hoy en Italia perduran diversas variantes regionales del Provolone, presentándose en diferentes formas o tamaños.
El queso Provolone Hilado Argentino adquirió su particular forma cilíndrica y corteza natural o pintada de amarillo.
Se lo consume caliente, durante el tradicional asado argentino. Para ello, se lo coloca sobre la parrilla con brasas o leños, dentro de recipientes de barro cocido.